¿Cómo conseguir más seguridad a la hora de alquilar una vivienda?

Alquilar una vivienda siempre ha tenido una serie de riesgos para el propietario como por ejemplo que el inquilino deje de pagar, que cometa actos de vandalismo o que a la hora de marchar se lleve mobiliario y objetos que estaban en el piso y pertenecían al propietario .

Como desgraciadamente estas situaciones son cada vez más frecuentes (sobretodo la situación del impago), unido a que cada vez se da más importancia y fomento al alquiler, han surgido formas para proteger al propietario contra estas adversidades.

La manera más práctica y elegida por los propietarios para poder hacer frente a estas situaciones de riesgo es la contratación de un seguro, que normalmente en la misma póliza incluye tres coberturas básicas.

En primer lugar prevé la situación de impago de alquileres. Esto significa que si el inquilino no paga las rentas pactadas el propietario podrá recuperarlas a través del seguro. Para ello será necesario primero que interponga una demanda de desahucio y reclamación de cantidad contra el inquilino y una vez haya finalizado el procedimiento y haya una sentencia que le dé la razón, entonces podrá reclamar las rentas a la compañía aseguradora.

En segundo lugar, el seguro ofrece defensa jurídica al propietario. En este sentido, se pondrá a su disposición un abogado para defender sus intereses derivados del contrato de alquiler, incluyendo los desahucios por impago de rentas, entre otros asuntos.

En tercer lugar, la compañía aseguradora también prevé formas de proteger el propietario de actos vandálicos o de robo, por lo que si el inquilino lleva o destroza parte del continente de la vivienda o, incluso, deteriora elementos inmobiliarios, la compañía quedará obligada a restituir los daños al propietario asegurado.

En definitiva, es muy aconsejable la contratación de este tipo de seguros de cara a cubrir posibles adversidades, al igual que contar con el asesoramiento de profesionales expertos en la materia en el momento que se decide alquilar una vivienda.